Las madres reclusas pueden convivir en España con sus hijos de hasta 3 años en un entorno adaptado: las Unidades de Madres.
Sin embargo, ello tiene importantísimas repercusiones en el desarrollo normal de esos niños.
La calidad de la estimulación es muy baja, y pesar de que algunas madres se esfuerzan por aportarles todo lo que pueden, la poca variedad de experiencias que los niños pueden llegar a tener en esos modulos supone una barrera insalvables.
Y existe el grave problema de la instrumentalización de la maternidad y de los embarazos en prision.
La visita del ministro, aquí.