Por Carlota Barrios, Criminóloga y autora del blog Crimiambiental.

Perfil profesional del criminólogo: definición
El perfil profesional del criminólogo es el conjunto de peculiaridades profesionales que caracterizan a los criminólogos en el desempeño de sus funciones. Más concretamente, implica lo que podemos hacer cuando trabajamos como tal, pero con un matiz importante: nos indica qué hace un criminólogo que no hace otro profesional.
Con un perfil profesional del criminólogo bien definido podríamos diferenciarnos claramente de otras profesiones afines o similares, algo imprescindible para que el colectivo pueda posicionarse en el mercado laboral y abrir así el camino de la profesión.
Ahora bien, ¿cómo podemos definir el perfil profesional del criminólogo? Como bien sabemos, los objetos de estudio de la Criminología son cuatro: el crimen, el criminal, la víctima y el control social.
Si los intentamos aglutinar en un solo objetivo, podríamos decir que los criminólogos estudiamos el fenómeno criminal en su conjunto, también entendido como transgresión, conflictividad, reprochabilidad, etc.
Para definir nuestro perfil profesional debemos encontrar relaciones entre este fenómeno que nos ocupa y el contexto en el que vivimos. Esto nos permitiría encontrar muchísimas áreas en las que cabe la figura del criminólogo como profesional, pero es que, además, seríamos verdaderamente conscientes de que nuestra presencia en dichas áreas no solo es posible, sino necesaria; necesaria para abordar de forma coherente, científica y eficaz todos los aspectos que rodean el fenómeno criminal. ¡Y es que tenemos metodología y profesionalidad de sobra para hacerlo!
Buena parte del trabajo que conlleva definir nuestro perfil profesional se basa en la observación de la propia Criminología, sus métodos y teorías, pero también en la creatividad.
Tendría que ser habitual ver a criminólogos trabajando en áreas donde se estudia o gestiona cualquier faceta de la criminalidad o la transgresión. Aunque actualmente esto no es así, los criminólogos deberíamos estar ahí no solo para evaluar y diagnosticar (no olvidemos que existe el criminodiagnóstico), sino también para intervenir.
Para definir el perfil profesional del criminólogo podemos empezar a detectar las áreas, situaciones y contextos en las que podríamos ocuparnos de nuestros objetos de estudio, como los ejemplos del siguiente compendio:
Áreas de trabajo del criminólogo
- Los procesos de socialización que circunstancialmente se «rompen», dando lugar a la criminalidad. Esto puede suceder durante diferentes etapas de la vida de las personas, y puede comenzar en la familia, en el colegio, entre el grupo de iguales…, para enfatizarse con la edad en otros contextos sociales como los barrios, los lugares de trabajo, la vida en pareja, etc.
- Las situaciones en las que se desarrollan conflictividad y transgresión social, como los diferentes tipos de relaciones humanas, ya sean filiales, de pareja, laborales, de amistad…
- Proponer y elaborar políticas de prevención, disuasión y tratamiento de la criminalidad (lo cual implica control social), pero también políticas que sirvan para mejorar la seguridad ciudadana en general.
- Asesorar y hacer propuestas en materia de la elaboración de leyes, normas y reglamentos que definan los diferentes tipos de transgresiones y se ocupen de ellas.
- Intervenir a varios niveles en aquellas áreas del ámbito jurídico donde exista una alta incidencia de criminalidad mercantil, administrativa, laboral, fiscal y tributaria. Y no solo nos interesa esa alta incidencia, sino también la urgencia de tratamiento que requiera cada caso.
- Desarrollar y ofrecer lo que se demanda en el ámbito procesal-penal, como las valoraciones de peligrosidad y victimización, la resolución de conflictos por vías alternativas (no olvidemos la utilidad y beneficios de la justicia restaurativa), la ejecución de penas y medidas alternativas, etc.
- Estudiar, diagnosticar y proponer medidas preventivas de la criminalidad en el ámbito de la Administración Pública (de ella y hacia ella); concretamente en áreas como la tributaria, fiscal, laboral y las relacionadas con la justicia y la seguridad ciudadana, los servicios sociales, área penitenciaria, etc.
- Analizar, evaluar y prevenir la criminalidad en la industria, en las empresas privadas y en multitud de ámbitos y sectores estratégicos.
- Ayudar a gestionar la seguridad pública y mejorar la seguridad privada (salvando las excepciones que recoge la Ley 5/2014 de Seguridad Privada). Dado que una gran parte de la Criminología está enfocada a prevenir el fenómeno delictivo y a paliar sus consecuencias, podemos decir que nuestra ciencia podría estar, en un futuro, muy ligada al ámbito de la seguridad.
- La conflictividad escolar, vecinal, comunitaria, laboral, deportiva y un larguísimo etcétera, por medio de la asesoría, la mediación, el compliance…
Los criminólogos fuera de España
En otros países hay criminólogos que han impulsado la justicia restaurativa como alternativa a la justicia tradicional, generando así un nicho diferenciado para ejercer su profesión. La primera es más humana, económica y, en ocasiones, más rápida y efectiva que la segunda.
En el ámbito internacional también hay criminólogos que han desarrollado la figura del compliance officer en diversas especialidades, que trabajan en victimoasistencia, y en muchas áreas que podemos buscar y analizar como modelos a seguir en nuestro país.
Estos éxitos se han logrado gracias al desarrollo de un perfil profesional del criminólogo claro y diferenciador.
Situación del criminólogo en España
Sin embargo, en España, la ausencia de este perfil ha derivado en que actualmente no tengamos espacios propios, específicos y diferenciados para los criminólogos. Esto nos lleva a «competir» injustamente con otros profesionales para abrirnos paso en el mercado laboral, y para alcanzar los objetivos que nos corresponden.
Pero de nada sirve que unos pocos lo consigan de manera aislada, pues la solución colectiva pasa por tener la certeza de cuál es nuestro lugar, y para ello necesitamos desarrollar ese perfil que nos defina laboralmente y nos brinde la exclusividad de espacios de la que gozan otros colectivos profesionales.
Foto de Jaclyn Baxter, cortesía de Unsplash